sábado, 23 de enero de 2010

RESEÑA: Alicia en el país de las maravillas y Al otro lado del espejo

Ambas son las obras capitales de Lewis Carroll y han sido analizadas tantas veces que no voy a hacer yo una reseña al uso. Sin embargo, acabo de leerlas y no puedo dejar pasar la ocasión de señalar lo impresionado que estoy tanto por una como por otra, ya no porque supongan una explosión de la fantasía de lo absurdo, de la lógica de lo ilógico, de lo ilógico de la lógica, de las trampas del lenguaje y de la capacidad de inventar parte del mismo cogiendo migajas de éste y kilos de imaginación, y de la diversión que se puede alcanzar por estos medios, que también, sino principalmente por la gigantesca influencia que han tenido estas novelas en la historia posterior, ya no sólo de la literatura, ya que la relación con ésta es obvia, sino con todo el mundo de lo visual, pues el mundo aliciano lo es y mucho. No en vano el mismo Carroll ilustró su primera obra, y toda edición que se precie incluye éstas y las ilustraciones de John Tenniel desde la primera edición.



Por ello encuentro vías de comunicación directa desde las novelas hasta el mundo del cine, desde Buñuel hasta Tim Burton (quien dicho sea de paso estrena en breve la versión en imagen real de Alicia en el País de las Maravillas), o el maestro Hayao Miyazaki y su estudio Ghibli, en algunas de cuyas películas (Mi vecino Totoro, El viaje de Chihiro, La guerra de los mapaches de Pompoko, Haru en el Reino de los Gatos, Ponyo en el acantilado…) es especialmente llamativo el estallido de imaginación única que a un servidor le recuerda, casi de forma intangible en los detalles y explicita otras con un viaje a lo fantástico desconocido, al de las novelas.
Si habéis visto alguna de las películas que menciono, pensadlo un poco y encontraréis las relaciones...

sábado, 16 de enero de 2010

RESEÑA: El color de la magia y la luz fantástica, de Terry Pratchett. Mundodisco, kilómetro cero

Soy un devoto de Terry Pratchett desde que conocí su obra, hace muchos años, y hablar de su obra, por supuesto, es hablar del Mundodisco, la mastodóntica creación literaria que ha ido construyendo desde 1989 ladrillo a ladrillo, y ya van casi 40 ladrillos del que es posible sea el mundo fantástico más complejo y diverso (sí, más que la Tierra Media), y sin lugar a dudas el más divertido.
Pues bien, los dos primeros ladrillos se llaman respectivamente “El color de la magia” y “La luz fantástica”, y sobre ellos y a su alrededor se han ido ubicando los demás.


Aunque ambas novelas se pueden leer por separado, es altamente recomendable hacerlo por orden, pues forman una unidad argumental.
Los personajes son tremendamente carismáticos. Los dos protagonistas son Rincewind, el peor mago del Mundodisco, y Dosflores, el incauto primer turista del mismo. Una pareja aparentemente inepta para la aventura, pero con una capacidad para salir de los embrollos enorme, en parte gracias a la ayuda de la inconmensurable gama de secundarios. La Muerte, Cohen el Barbaro, el hilarante equipaje… merecen tanto protagonismo que en algunos casos tendrán novelas propias más adelante.
El color de la magia me ha gustado más, quizá porque tiene una estructura más clásica, dividida en amplios capítulos que representan a zonas del Disco y las aventuras que en ellas se suceden. Me da la impresión de estar más trabajado en forma que La luz fantástica, más caótico en su formato y que es por momentos una sucesión de gags (con mayor frecuencia que el primero, quiero decir, ya que esto es una constante en la obra de Prattchett). En cualquier caso ambas son gratas de leer, muy divertidas e imprescindibles para los seguidores de Prattchett y del Mundodisco, y cada una queda capada sin la otra.
Por cierto, existe una miniserie (irregular pero divertida) protagonizado por Sean Astin, David Jason y Tim Curry (con Christopher Lee poniendo voz a la Muerte) para el que colaboró el mismísimo Terry Prattchett y que incluye ambas novelas.

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