viernes, 29 de julio de 2011

RESEÑA: Cuentos de un soñador, de Lord Dunsany

Existen varias formas de leer a Lord Dunsany. Unas acertadas y otras no.



La del lector de dragonadas y franquicias a lo Timun Mas (digamos un perfil bajo o adolescente), que ha oído por ahí que es un autor de cierta importancia en el género y quiere conocerlo. Probablemente tras las primeras páginas salga escopeteado de vuelta hacia sus tramas lineales y facilonas. En realidad no lo culpo, probablemente no ha llegado su momento.

La del lector de Lovecraft que ha averiguado que Lord Dunsany fue una de sus mayores influencias. Éste encontrará lo que busca en las páginas, si bien seguramente no en la forma esperada. En efecto se pueden distinguir claramente las conexiones con el de Providence, el gusto por la creación de un universo único, retorcido a veces, otras simplemente muy imaginativo y lleno de llamativas concreciones. Ésta fue mi primera aproximación, hace años, y a decir verdad eché en falta demasiado la narración. Me dí cuenta de que Lord Dunsany poseía una escritura superior a la de Lovecraft, pero no puedo negar que me aburría un poco, y decidí que merecía otra oportunidad más adelante. Mucho más adelante.

La del lector que necesita tener un libro en las manos antes de dormir para lograr, precisamente eso, dormirse. Lord Dunsany es bastante apto, pero probablemente una revista de economía también.

viernes, 22 de julio de 2011

Obras maestras: Vampyr (1932)

Cuando en 1932 Carl Theodor Dreyer, hasta ese momento considerado como uno de los grandes genios del cine europeo, estrenó Vampyr, obra de terror a salto de mata entre el mudo y el sonoro, la acogida fue tan buena que tuvo que esperar más de una década para poder firmar otra película y volver a su merecido lugar. Y la verdad es que no me extraña. La tremenda originalidad, tanto a nivel argumental como formal de la puesta en escena, fue demasiado para la época.


La narración es de cierta sencillez, pero contada con inteligencia por un atrevido Dreyer, en la que los acontecimientos no son tan predecibles como estamos acostumbrados (tanto en los años 30 como ahora), y en la que da la tan agradable pero extraña sensación de que cualquier cosa puede ocurrir, nos deja casi alucinados especulando con algunos de los giros que da. Además, los efectos especiales, con unos maravillosos juegos de luces y sombras y transparencias adelantándose a su tiempo, influenciados (e influenciando) al genial expresionismo alemán así como al impresionismo francés, no hacen sino enriquecer el conjunto.


La historia está basada libremente en el clásico de la literatura de vampiros Carmilla, del irlandés Sheridan Le Fanu, que décadas antes de Dracula se atrevió a empezar a establecer los cánones del género. De hecho influiría en gran medida sobre Bram Stoker. Yo tengo esta novela en la pila de pendientes, por lo que no puedo hablar de cómo la adapta Vampyr, pero sí que puedo decir que en el film, si bien el héroe no es precisamente un aventurero al uso, ya que a veces parece más un mero espectador que el motor de la acción y el eje no es más que el típico lance de hombre llega a pueblo en el que ocurren cosas misteriosas y poco a poco va desenterrando una trama que llevará al peligroso desenlace, Vampyr es mucho, mucho más. La singular estructura, la forma en que nos son mostrados los elementos terroríficos, la particularidad de las escenas onírico-alucinógenas y el hecho de que el conjunto llega a resultar por momentos inquietante a perros viejos del siglo XXI, que creemos que lo hemos visto prácticamente todo, convierten a esta película en imprescindible para los amantes tanto del cine clásico como del terror.
Sin duda, Vampyr es una joya especial. Una que en su momento fue tratada como una extraña piedra, pero que con el paso de las décadas ha ido puliendo por méritos propios su brillo hasta convertirse en un diamante, en la obra maestra que es hoy.

¿No os lo creéis? Pues gracias al amigo youtube podéis comprobarlo in situ, pues aquí la tenéis. Entera (en siete partes). Disfrutadla.



lunes, 18 de julio de 2011

Arthur Mortimer dixit (III)

Si se les tapara la boca a aquellos que dicen literalmente cuando en realidad quieren decir figuradamente, se quedaría, literalmente muda, más de la mitad de la población.

Arthur Mortimer, Teoría de la literatura para ancianos de cinco años.

viernes, 15 de julio de 2011

Revista Pulp: Los Zombis no saben leer.

Pues me he enterado de casualidad, pero resulta que uno de los primeros cuentos que escribí, hace bastantes años, muy de género él, de terror lovecraftiano, muy pulp, y que mandé a una interesante revista muy de este tipo, Los zombis no saben leer, apareció a mediados de mayo en el número de primavera de la misma. Es un cuento muy sencillo en cuanto a contenido, mas a pesar de que es una de mis primeras creaciones, tiene una estructura que me sigue gustando. ¡Muchas gracias a la LZNSL por seleccionarlo!

Podéis descargar gratuitamente la revista, muy entretenida y a la antigua usanza (espíritu pulp asegurado), a diferentes calidades siguiendo el enlace de la portada de abajo. También hay acceso a números anteriores:

miércoles, 13 de julio de 2011

RESEÑA: El Incal, por Jodorowsky y Moebius.

El Incal es un comic genial escrito por el genial chileno loco Alejandro Jodorowsky y dibujado por el genial francés Jean Giroud, alias Moebius. El primero, además de guionista de cómics es novelista, cineasta, mimo, dramaturgo, actor, poeta, terapeuta y psicomago, entre otras ocupaciones. El segundo es uno de los mejores dibujantes de la historia del noveno arte, ahí es nada.

El Incal es la historia de un detective segundón, John Difool, menos carismático que su pájaro, a quien la casualidad le hace de repente poseedor de un curioso misterio que le hace ser objeto u objetivo de todas las miradas o puntos de mira.


El Incal es una fantástica composición de personajes de fuerte carácter llenos de matices.

El Incal es dios, para lo bueno y para lo malo.

El Incal es la explosión del imaginario de Jodorowsky, y Jodorowsky tiene una imaginación inmensa.

El Incal es a veces un viaje del héroe lineal del miserable John Difool y otras veces una serie de deus ex machina realmente impredecibles que le dan giros de 901º a la narración.

El Incal es el primer cómic en el que aparece la figura del metabarón, y está en el mismo universo que esa preciosa y mastodóntica obra maestra también escrita por el chileno y pintada (mucho más que dibujada) por Juan Jiménez, una de mis obras artísticas favoritas: La casta de los Metabarones.

El Incal es un puñetazo de más de 300 páginas encima de la mesa del mundo del cómic, que se dio allá por el 80, diciendo que la ciencia ficción como género en viñetas cambiaba para siempre.

miércoles, 6 de julio de 2011

RESEÑA: La princesa prometida, de William Goldman

¿De qué va La princesa prometida de William Goldman? Él mismo responde a esta cuestión de forma explícita: Esgrima. Lucha. Torturas. Venenos. Amor verdadero. Odio. Venganzas. Gigantes. Cazadores. Hombres malos. Hombres buenos. Las damas más hermosas. Serpientes. Arañas. Bestias de todas clases y aspectos. Dolor. Muerte. Valientes. Cobardes. Forzudos. Persecuciones. Fugas. Mentiras. Verdades. Pasión. Milagros.


No nos engañemos, muy probablemente si habéis leído la novela o estáis interesados es porque habéis visto la película previamente. No os engaño, también es mi caso, y la razón primera de mi aproximación a la obra literaria. Adoro esa película y la he visto decenas de veces. Preguntémonos de nuevo: Si ya conocemos al dedillo la historia, ¿nos cuenta muchas cosas nuevas el libro? Pues a decir verdad prácticamente todo lo que ya conocemos aparece tal cual en la novela, incluso la historia abuelo nieto que en este caso es padre hijo, siendo el hijo un William Goldman niño que nos cuenta todo esto en primera persona, recordando a su padre, inmigrante florinés (el país europeo imaginario en el que transcurre la acción) en Estados Unidos.

Por tanto la narración es doble: por un lado el cuento apasionante protagonizado por los archiconocidos amantes Buttercup y Westley, por el espadachín definitivo Íñigo Montoya, por el gigante bonachón Fezzik, el siciliano inconcebible Vizzini, el gruñón de Max Milagros (Milagroso Max en el film) y por supuesto los villanos, el bellaco príncipe Humperdinck y el conde Rugen, de seis dedos en una de su mano derecha. Por otro lado tenemos las notas de Goldman, que siempre aparecerán en cursiva para distinguirlas del texto del cuento propiamente dicho. Éstas no se limitan a las interrupciones padre-hijo, sino que también habla largo y tendido de su adaptación de la novela original, obra imaginaria escrita por Morgenstern, su alter ego oriundo de Florín. También incluye un par de prólogos –uno de ellos por la edición del 25º aniversario–, francamente divertidos.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...