miércoles, 25 de marzo de 2015

RESEÑA: Nacidos de la Bruma III: El Héroe de las Eras, de Brandon Sanderson

Y ya iba siendo hora de que pusiéramos el punto final al especial Mistborn y con él a la trilogía original de Nacidos de la Bruma, en la que Brandon Sanderson saca todo el provecho a su forma de entender el género fantástico, que como ya mostrara en Elantris consiste en coger los cánones del mismo, quedarse con lo justo y poner el resto de su propia cosecha. Por lo que a esta saga se refiere se inventó un mundo y unos personajes para la primera entrega, El Imperio Final, incluido un complejo a la par que estimulante sistema mágico. Pero como esta novela acababa (considerablemente) al pasar la última página, Sanderson se preguntó ¿y qué podría pasar después de este final? Y para contárnoslo continuó la historia con El Pozo de la Ascensión, en el que enredaba a gusto con el mundo que nos había planteado. Por supuesto, no queda sino concluir la aventura, poniendo cierre a la aventura con El Héroe de las Eras (2010), que además del nombre de un ser mítico en esta saga es el título de la tercera entrega de la trilogía.



En primer lugar echemos la vista atrás para ver el punto de partida: sí, reconozcámoslo, la heroína que nos ha acompañado durante todo el trayecto, la menuda pero mortífera Vin, la ha cagado. Aun con la mejor de las intenciones ha liberado a Ruina, un dios malvado y destructor, manipulador e intangible y muy superior a su antagonista Preservación. Es aquel al que intentaba mantener a raya el terrible Lord Legislador, archienemigo de la primera parte. Y parece que de alguna manera relacionado con ello el mundo entero se está viniendo abajo: ejércitos de koloss campan a sus anchas sembrando muerte y destrucción; las cenizas que antes no eran sino una severa molestia ahora amenazan con sepultar el suelo; las terribles leyendas sobre la bruma asesina amenazan con convertirse en realidad. Y por si fuera poco la antigua amenaza de los inquisidores ha regresado más terrible que nunca. Y lo único que nuestros héroes Vin y Elend pueden hacer es descifrar un antiguo y complejo enigma que el Lord Legislador dejara para cuando todo estuviera ya perdido.

En parte por ese enigma la acción de esta parte deberá dividirse entre diferentes escenarios y eso beneficiará el dinamismo de su lectura, demasiado lineal en sus predecesoras: más allá del indudable atractivo de Luthadel, capital del reino, esta vez también bajaremos a Urteau, una especie de pequeña Venecia dominada por skaas y con ceniza en los canales, y en la que se pasa a todo noble por el fuego purificador. También conoceremos Fadrex, pequeño reducto que parece vivir excluido de la hecatombe general.

ESPECIAL: Nacidos de la Bruma, de Brandon Sanderson

El prolífico escritor norteamericano Brandon Sanderson dio el salto a la fama en 2005 cuando mediante su muy notable novela autoconclusiva Elantris metió cabeza en el siempre complicado nicho de la literatura fantástica. No se detuvo para tomar impulso y pronto logró consagrarse dentro de este mundillo fue con su trilogía de Nacidos de la Bruma (Mistborn en inglés).



En esta trilogía en primer lugar nos plantea un atractivo mundo con un brillante sistema de magia en un libro prácticamente autoconclusivo: El Imperio Final (2006). Podéis leer la reseña haciendo clic en la imagen a continuación.




Por fortuna Sanderson continuó  explotando su imaginario con la continuación en 2007, El Pozo de la Ascensión. Para la reseña, clic en la siguiente imagen.




Y concluirlo en el 2008 con El Héroe de las Eras. Reseña: imagen.




Pero, una vez cerrado un ciclo ubicado en un mundo que recuerda al medieval de los señores feudales, Sanderson decidió proporcionarle un recorrido más largo con dos trilogías más, una de índole más industrial y urbana, y otra futurista, que Dios nos pille confesados. Como intersticio entre la ya reseñada primera trilogía y la segunda (a 300 años de la primera), ya está en las librerías Aleación de Ley (2011), y en este 2015 aparecerá en inglés Shadows of Self. Cruzo los dedos para ir engordando esta entrada, con los años.

viernes, 13 de marzo de 2015

Homenaje

A Sir Terry Pratchett (1948-2015)


-            CREO… CREO QUE ESTABA PENSANDO EN ESCRIBIR UNAS CUANTAS HISTORIAS MÁS, CREO QUE TENÍA ALGUNA BUENA IDEA NUEVA QUE MERECÍA LA PENA QUE PASARA A PALABRAS. ESO CREO, PERO NO LO RECUERDO DEL TODO BIEN.
-            Es posible que tuvieras algo de ese estilo en mente papá, pero ya no podrá ser, me temo. Aunque si te sirve de consuelo ya escribiste una legión de historias que ahora seguirán ahí, detrás de ti, con “gran éxito de crítica y público”, como se suele decir fuera del Disco, y a veces dentro también. Son ideas nuevas, para aquellos que no las conozcan, y quienes las conozcan siempre pueden volver a ellas y seguir jugando con tus palabras, contigo, aunque tú no estés.
-            AUNQUE YO NO ESTÉ, COMPRENDO. ENTONCES… ¿HE MUERTO? ¿DE VERDAD?
-            La gente no suele morirse de broma, papá.
-            YA VEO. ¿Y HA DOLIDO MUCHO?
-            A decir verdad no, nada demasiado tragicómico, ninguna de esas situaciones extraordinarias en las que me solías obligar a aparecer. En tu cama, tranquilo. Con tu familia. Y tu gato.
-            SUPONGO QUE ES UNA BUENA MUERTE. DE CARA A LA POSTERIDAD ES MÁS GLORIOSO CAER EN BATALLA ÉPICA CONTRA UN DRAGÓN, PERO SI LO PIENSAS BIEN, ES BASTANTE MENOS DOLOROSO MORIRTE EN TU CAMA CON TU FAMILIA. Y TU GATO. Y MÁS CÓMODO TAMBIÉN.
-            Tienes bastante razón, papá. Créeme, tengo bastante experiencia al respecto.
-            ME IMAGINO, MUERTE, ME IMAGINO.
-            Ahora, si puedo ayudarte en algo…
-            LA VERDAD ES QUE TENGO UNA PREGUNTA QUE HACERTE.
-            ¿Qué es lo que viene a continuación?
-            QUÉ VA. NO ES ESE EL TIPO DE CUESTIÓN QUE YO PLANTEARÍA, HIJA. TAN SOLO ME PREGUNTABA POR QUÉ SOY YO QUIEN ESTÁ HABLANDO EN MAYÚSCULAS CUANDO DEBERÍA SER AL REVÉS.
-            He pensado que…
-            VAMOS, NO TE SONROJES, HABLA CON CONFIANZA.
-            He pensado que dadas las circunstancias es el único homenaje que podía hacerte. Al fin y al cabo nadie tiene más derecho que tú. ¿Te ha molestado?
-            NO, MUERTE, ESTÁ BIEN. NO ME HA MOLESTADO. INCLUSO LO HE DISFRUTADO.
-            En ese caso, cuando quieras, puedes cogerme de la mano.
-            DE ACUERDO.
-            ¿Distingues aquella luz en la distancia? En realidad es una tortuga gigante. Ya verás cuando estemos un poco más cerca…





lunes, 9 de marzo de 2015

RESEÑA: Pirómides, de Terry Pratchett

Dentro del monumental proyecto fantástico del Mundodisco, Terry Pratchett hinca su diente satírico a todo lo que se le pasa por la cabeza, vivo o muerto, mágico o terrenal, simple o milenario, humano o divino. En el caso de Pirómides (1989), séptima novela del ciclo, la diana sobre la que lanzar la andanada de dardos es el Antiguo Egipto.


En Pirómides se parodia la sociedad egipcia desde el más alto escalafón de la misma, el faraón, su entorno y el sumo sacerdote, divinidades vivientes, infalibles y adoradas por el pueblo llano, así como su extenso panteón politeísta y las costumbres de quienes alrededor de un río aguantaron en pie 40 siglos. Ah, sí, y por supuesto también están las pirámides.

La novela se puede leer independientemente, como todas las del Disco, mas no se ubica dentro de ninguno de los arcos del mismo (Rincewind, Muerte, brujas, guardias…), resultando por ello en especial autónoma. Además, fue la primera en tener esta peculiaridad.

El protagonista será Pteppic, estudiante del gremio de asesinos de Ankh-Morpork y heredero del reino de Djelibeibi (un Egipto venido a menos), que de repente deberá regresar a su patria para asumir el trono. Allí, su voluntad de cambiar las cosas a mejor chocará contra la de su sumo sacerdote, Dios, uno de esos personajes que al segundo párrafo ya se sabe que oculta peligrosas intenciones. Como contrapartida, el camino de Pteppic se cruzará con el de la bella y con ínfulas feministas Ptraci, a la que querrá salvar, y con el del camello Maldito Bastardo, mejor matemático del Mundodisco y, de largo, personaje más divertido de la novela. Mientras tanto, la construcción de la nueva pirámide amenaza cuánticamente con aislar el reino.

lunes, 2 de marzo de 2015

Música épica. Cristal Oscuro (1982), de Trevor Jones

Hace unos años os hablaba en la sección del blog de Obras maestras (prácticamente tan olvidada como esta de Música épica) de las maravillas que Jim Henson nos regaló con su fantástica película fantástica Cristal Oscuro. Hoy voy a recordar la partitura para la misma que firmó Trevor Jones.

Su música para esta película es oscura y melancólica, con algunos momentos de ensoñación e incluso una pizca de fiesta que me recuerda a algún tema que ya compusiera Jones para Excalibur (1981). Y por supuesto, también piezas evocadoras y épicas como esta Dark Crystal Overture con que arranca la banda sonora:


Desarrollada con un tempo más rápido, a ritmo de cabalgata, en este The Landstrider Journey:

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